- Una palabra al lector
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- Introducción
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- El peligro de las especulaciones
- El encanto de las nuevas teorías
- Necesidad de un discernimiento lúcido
- Habrá fanatismo en nuestro medio
- Los sentimientos no deben dominar el juicio
- Obediencia versus emoción o arrobamiento
- Un retorno a los sermones de antiguo cuño
- El frío formalismo y el fanatismo
- Ideas falsas acerca de la bendición de Dios
- Cuidado con las imitaciones
- El ejemplo de Cristo
- El deseo de cambiar la experiencia religiosa
- Que no haya rarezas ni excentricidades
- No se contamine con errores la palabra de Dios
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- No busquéis manifestaciones milagrosas
- Cuando el obrador de milagros desconoce la ley de Dios
- Nadie necesita ser engañado
- Abarcarán todo el mundo
- Los milagros no constituyen una prueba
- Milagros maravillosos que engañarán
- Cómo trabajan Satanás y sus agentes
- Elena G. de White no realiza milagros
- Por qué los milagros son menos importantes hoy
- Milagros en el conflicto final
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- Introducción
- 19—Una lección objetiva
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- Satisfacción y bendición del trabajo abnegado
- No debe exigirse una suma específica
- Haced el trabajo y aceptad la remuneración ofrecida
- La remuneración debe ser proporcional al trabajo
- El privilegio de trabajar y los sueldos
- “Una familia dispendiosa”
- Exhortación a la igualdad
- El costo de los sueldos elevados
- Sueldos más elevados propuestos para hombres superiores
- Las necesidades y el bienestar de la vida
- Sin compromisos con empresas mundanales y libres de deberes que están en conflicto con la obra de Dios
- No cultivéis gustos dispendiosos
- Hoy se requiere el espíritu de abnegación de los primeros días
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- En procura de los más capaces
- Los sueldos de los obreros institucionales
- Peligros que amenazaban en 1890
- Importancia de la abnegación
- Una amenaza para todas nuestras instituciones
- Un rasgo característico de la obra puesto en peligro
- Los médicos y los ministros llamados a la abnegación
- Consejo dado a un médico concerniente a un salario fijo
- Consejo contra una proposición a base de porcentaje
- “No exijáis una remuneración elevada”
- Extravagancia e influencia
- Una entrevista importante acerca de la remuneración de los médicos
- Haciendo frente a una emergencia
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- Introducción
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- El sol de la tarde: sazonado y productivo
- No hay excusa para aflojar la disciplina personal
- Hay que levantarse y llamarlos bienaventurados
- Consejo a los que han envejecido en el servicio
- Los obreros de edad deben ser maestros y consejeros
- Envejeciendo pero siempre testificando
- Un trabajo menos cansador
- Confiad en Dios y apoyaos en él
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- El luto enternece y subyuga
- Volveremos a ver a nuestros hijos
- Los niños en la resurrección
- Jesús dice: “apóyate en mí”
- Bienaventurados los que mueren en el señor
- Aguardad la felíz reunión familiar
- Serán llamados en una resurrección especial
- Llorar no es pecado
- El duerme en Jesús
- Que el señor sea su consuelo
- Elena de White en su hora de aflicción
- La gloriosa mañana de la resurrección
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- Introducción
- 32—La actitud debida en la oración
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- 34—Las ocupaciones útiles convienen más que los juegos
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- 37—Los ancianos que carecen de hogar
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- 39—Consejos acerca de las votaciones
- 40—El lúpulo, el tabaco y los cerdos
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- Refugio proporcionado por el campo
- No esperéis que un milagro deshaga los resultados de una conducta impropia
- Las instituciones deben ubicarse en una zona rural
- Hay que trabajar en favor de las ciudades desde puestos de avanzada
- Iglesias, pero no instituciones en las ciudades
- Preparación para la crisis de las leyes dominicales
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- Apéndice 2—Factores importantes en la elección de cónyuge
- Apéndice 3—La fraternidad de los seres humanos
Parte 3—Afiliaciones imprudentes
Introducción
Al comienzo de su viaje por Australia (1891-1900) Elena G. de White fue llamada a aconsejar a un destacado obrero de nuestra casa editora, que estaba profundamente implicado en las actividades de la Logia Masónica. El consejo que presentó a este hermano lo indujo a separarse de la logia a pesar de haber alcanzado el grado honorífico más elevado en esa organización.2MS 138.1
Sin pronunciar ninguna condenación, la Sra. White señaló que el cristiano no puede servir a dos señores, o prestar fidelidad a dos autoridades. Nuestro hermano, que estaba tan comprometido en las actividades de la logia, hasta el punto de descuidar su trabajo para la iglesia, reconoció la sencilla verdad que había en los consejos de Elena G. de White, y su confianza en el mensaje se afirmó más aún cuando la Sra. White, sin saberlo, hizo la señal secreta utilizada únicamente por los miembros de la logia. Sin dilación renunció a la logia, a pesar de haber afirmado resueltamente en varias oportunidades que nada podría conmover su confianza en esa fraternidad o inducirlo a romper con ella. Al rememorar esta experiencia en años subsiguientes, afirmó que el mensaje del espíritu de profecía había transformado completamente su vida.2MS 138.2
En esta ocasión y a propósito de este caso, la Sra. White escribió ampliamente con respecto a la relación de los adventistas del séptimo día con tales organizaciones. Esto se publicó bajo el título de “¿Deberían los cristianos ser miembros de las sociedades secretas?” Circuló profusamente, en forma de folleto, en Australia y en los Estados Unidos, pero ya hace mucho que se ha agotado. Ahora lo reproducimos en forma íntegra.2MS 138.3
El segundo capítulo de esta sección se compone de consejos procedentes de la pluma de la Sra. White, referentes a la actitud que los adventistas deberían tener hacia las organizaciones laborales. Este material se publicó en 1946 en la segunda parte del folleto titulado Country Living. Lo incluimos en este libro para que sea hecho objeto de estudio y de oración.—Los fideicomisarios.2MS 138.4